martes, 13 de febrero de 2018

Fue su sonrisa…


Trabajé con las hermanas de la Congregación Esclavas del Divino Corazón en Argentina por 44 años. Un día me pidió hna. María Dora Romero que escribiera mis vivencias y experiencias de fe y devoción por Madre Belén, por eso me decidí a escribir.

Después de unas vacaciones de verano, al llegar al colegio de las Esclavas, vi en la recepción varios folletos de una religiosa que me llamaron la atención por su sonrisa. Tomé uno, lo llevé y lo leí.

En un momento muy difícil de mi familia, me acordé de ella, le hice un pedido y le prometí que si me lo concedía la iba a dar a conocer. Al  día siguiente la hermana Graciela me ofreció un trabajo. Le conté a ella mi sorpresa y alegría; de ahí en más cada uno de mis allegados que tuvo una necesidad le pedí a ella. Tal es así que cuando se me terminaron los folletos y estampas mandé a imprimir 200 y tengo que volver a hacer.

Sólo voy a contar dos casos de los muchos que experimenté. Le conté a una compañera de otro colegio mi devoción por Madre Belén, ella me dijo que no era muy creyente pero que la iba a googlear; a los pocos días me pidió que le haga 100 estampas para ella.

Y el otro hecho fue que a la mamá de mi nuera, que vive en Chile,  le detectaron una especie de leucemia, estaba internada y la fiebre no bajaba. Su hija desde Argentina le dijo “dormí pensando en Madre Belén y yo voy a hacer lo mismo y al despertarte hacemos lo mismo”. Y al día siguiente la fiebre cedió y ahora se encuentra perfectamente con sus controles respectivos.

Este es mi vivencia de Fe con Madre Belén. En este momento tengo una lista de pedidos y los voy tachando a medida que me los va concediendo, algunos por trabajo y otros por salud.

Susana Moreno
15/11/2017

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